El mejor Lem
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Un ejemplo claro de que el envoltorio también importa |
En "Máscara" encontraremos relatos que giran alrededor de inteligencias, artificiales o extraterrestres, que no se rigen por los parámetros humanos, tal y como estamos acostumbrados a ver en los relatos de otros maestros del género. No veremos a otros seres pensando del mismo modo en el que lo hacemos nosotros, ni comportamientos que remitan a una lógica humana. Ni siquiera veremos motivos ocultos ni planes maestros para subyugar nuestra raza. O sí, pero no del mismo modo en el que los entendemos. Solemos atribuir caracteres antropomórficos a seres que se escapan de nuestra concepción de la vida, porque, no lo olvidemos, solo conocemos un tipo de vida y es prácticamente imposible que concibamos algo totalmente distinto. Habrá seres hechos de plasma, semillas que solo esperan las condiciones apropiadas para completar su ciclo vital e ignoran a los humanos y IAs entregadas a sus pensamientos e incapaces de percibir inteligencias tan inferiores como la nuestra.
La ciencia-ficción es un género que se suele usar para reflexionar sobre el ser humano y tratar temas muy interesantes usando como excusa hechos alejados de la realidad. Y "Máscara" no es una excepción. Así pues, en “Invasión” se habla de lo intrascendente de la vida humana, tan fugaz y desprovista de un sentido amplio más allá de su autoperpetuación; de la soledad y el miedo a lo diferente en “El martillo”; o de lo poco preparados que estamos para establecer contacto con otros seres, porque eso entraría en conflicto o suscitaría un debate sobre el sentido de nuestra existencia. O de los peligros que entraña tomarse a la ligera las connotaciones de ciertas investigaciones o de lo peligroso del progreso tecnológico, entre otros. Uno de los temas que Lem trataba en “Solaris” y que
vuelve a aparecer en “Máscara”, como una especie de idea recurrente, es la imposibilidad de comunicarnos con otros seres, puesto que somos tan diferentes de ellos que
cualquier intento puede resultar vano. Ya sea por una incompatibilidad sensorial,
porque dicha inteligencia es tan increíblemente superior que es incapaz de
reparar en nosotros o porque, simplemente, carece de la necesidad o de la voluntad de
comunicarse. Así pues, "Máscara", más allá de lo entretenidos que puedan ser los relatos, es una fuente de temas muy diversos e interesantes para reflexionar.
Así pues, cuando uno termina “Máscara” tiene la sensación de haber leído un conjunto de relatos fríos, tristes en ocasiones y terriblemente plausibles si aceptamos las premisas del autor. El enfoque de Lem es altamente científico, obsesivamente detallista, con el objetivo de dotar de verosimilitud historias fantásticas; quizás este sea el único fallo de una antología casi redonda, puesto que en ciertos relatos, como "El diario", dónde tanto el lenguaje empleado como el carácter filosófico y metafísico de las ideas que subyacen son altamente complejos, y eso provoca que la lectura se convierta en algo excesivamente farragoso. Sin embargo, cuentos como "La rata en el laberinto", "Ciento treinta y siete segundos", "La fórmula de Lymphater", "El martillo" o "El amigo", entre otros -por no decir todos los demás-, valen su peso en oro y hacen que uno se olvide de baches puntuales.
En conclusión, "Máscara" es una opción excelente para aquellos que les guste el enfoque científico del género. Y para todos los demás, claro. Por suerte, el batacazo que me llevé con "La investigación" fue puntual y este libro confirma algo que ya vi en "Solaris": que Lem es uno de los pesos pesados de la ciencia-ficción.
Gracias por el análisis y la sugerencia Ivan. Este voy a leerlo porque me interesa especialmente lo que señalas como idea recurrente de Lem: la imposibilidad de comunicación entre las personas, no digamos con otros seres.
ResponderEliminarTambién coincido contigo en lo del tipo de ciencia ficción prefiero Asimov, Lem y los manga o animes japoneses porque tratan el conflicto de una sociedad tecnológica avanzada y los nuevos retos y problemas sociales, morales y filosóficos que con ella surgirían lo que es mas realista en definitiva.
Buenas,
EliminarCuando lo leas, ya me contarás. Sobre lo escrito en mi primer párrafo, no quiero decir que Bradbury no hable de problemas sociales o morales en sus relatos, sino que el enfoque más fantasioso de sus relatos (de hecho, hablo de él solo habiendo leído "Crónicas marcianas") me gusta menos que el enfoque más científico de Lem o Asimov. Supongo que a Bradbury no se le puede tachar de no usar la ciencia-ficción para hablar de otros temas, solo que su concepción de la ciencia-ficción no acaba por gustarme tanto. Yo prefiero historias más reales, más científicas.
Dicho esto, te animo a que lo leas y me des tu opinión. No desistas en según qué relatos, porque hay un par que son especialmente densos.
¡Un saludo Lola y gracias por comentar!